Estantigua, la editorial que rompe los moldes de la literatura y el consumo actual

En medio del avance tecnológico y el consumo desenfrenado de las nuevas pantallas, Estantigua Editorial Independiente se fortalece en La Rioja con sus publicaciones artesanales y rudimentarias en papel, sobre antologías, poesía gay-lésbica-trans y temáticas poco difundidas. Charlamos con su creador Marcelino Montaña sobre los fanzines, la ruptura de estructuras en la literatura y la necesidad educativa de seducir a jóvenes con propuestas alternativas.

Escribe Antonella Sánchez Maltese – PUENTE ALADO


Una de las características distintivas de Estantigua es la escasés de elementos, lo rudimentario, y esas ganas de que la literatura trascienda, también la poesía y las problemáticas sociales y filosóficas que no encontramos en los titulares de los diarios.

Marcelino Montaña es sin dudas un rompedor serial de estructuras y marcos. De sus ganas y consumos culturales aparecen, hace más de 20 años, los cimientos de Estantigua Editorial Independiente.

La idea de Estantigua nace con mucha informalidad en su adolescencia, donde sus escritos y pequeñas publicaciones quedaban en la familia, o se creaban y luego destruían.

Pero en el 2017 irrumpe la idea de darle formato a esas creaciones. “Quería publicar mis cuentos, y ahí empecé a encontrar material de mi adolescencia, incluso algunos dibujos con texto, y eso me llevó a investigar lo que era la autopublicación». La herramienta de editorial independiente fue lo que más le cerró para que circulen todas sus publicaciones.

Él es coleccionista de fanzines de hace 20 años, y eso lo ayudó a visualizar la estética de sus creaciones. Aprendió sobre ese formato, para trabajar en publicaciones que reúnan material de un tema particular, pero de distintos libros.

Por definición el fanzine, o fancine, es una publicación periódica realizada con pocos medios y de tirada reducida, que aborda temáticas alternativas. La experiencia más conocida sobre editoriales de este tipo es Eloisa Cartonera, una cooperativa del barrio de la Boca en Buenos Aires, que nace con la crísis del 2001 y fabrica sus libros con tapas de cartón, comprando la materia prima a los cartoneros que lo juntan en la calle. En el caso de Eloisa, sus libros son de autorxs de literatura latinoamericana.

Sobre las publicaciones

Las primeras publicaciones de Estantigua eran de edición única, libros en miniatura de 3 centímetros y medio por 5, “y eso me costaba mucho, requería mucho de lo artesanal y no me dejaba tiempo, así que empecé con una máquina de escribir de las antiguas, luego las imágenes ilustrativas de acuerdo a las técnicas del fanzine, que es collage, papel recortado, trabajar con texturas, sacar una foto y sobre eso trabajar”.

Una de las particularidades que tienen los fanzines y la editorial, es que son todas series fotocopiadas (la fotocopia es algo que caracteriza al fanzine). “Siempre la idea es mantener la mejor calidad de fotocopiado, pero no perder esa esencia que tiene todo lo que es la cultura de los fanzines”, explica Marcelino.

Su editorial es prácticamente unipersonal. Solo trabaja con Agustín Nieto, quien es además responsable del museo de Chuquis, que le ayuda algunas veces en la edición y la corrección del material.

¿Sobre las temáticas? Hay de todo un poco. Las publicaciones tienen mucho de antologías, pero también material con poca circulación en circuitos tradicionales.

“Al ver que había escases de material de la poesía gay-lésbica-trans, me interesé en eso. Hace 5 años se hizo en La Rioja el primer encuentro de poesía porno-homo-erótica, para lo cual vino el escritor Joshua -a sus libros lo editaba Eloísa Cartonera y Milena Cacerola (editorial de la comunidad LGBTTIQ)- y vi que tenía mucho material. Empecé a sacarlo en formato fanzine, de una manera que a la gente le sea interesante leerlo, porque me parecía que no era una material de circulación cotidiana”.

Volver al papel

Mientras el consumo de nuevas pantallas (internet, video juegos y teléfonos móviles además de la clásica televisión) se acentúa cada vez más como formas de comunicación, sobre todo en adolescentes y también generaciones de veinti y treinta y tanto, Estantigua refuerza su propuesta en papel, artesanal y hecha a mano.

“El formato impreso es una decisión de Estantigua. Muchos me dijeron “Estantigua me suena a estante antiguo, donde hay cosas antiguas”, y si bien nunca lo vi por ese lado, puede que haya algo de eso. Tiene que ver con una decisión política, filosófica, que también está en el contenido de la información. Por ahí el lenguaje que se usa no es tan actual, pero es algo que siempre estuvo, y nos estamos olvidando de esas cosas”, dice su creador.

Marcelino dedica su vida al arte. Es un multifacético, pero asegura que el concepto que mejor lo define es el de realizador. “Una amiga con la que trabajaba en una productora en Buenos Aires me dijo una vez que yo era un realizador, el que se sitúa en el rol que le toque, ya sea de creación, de resolver, de manejar herramientas, un pincel, o de escribir”, sostiene. Y casi como un juego aclara que el creativo es Marcelino Montaña, su segundo nombre y apellido. Mientras Diego Avallone, como muchos lo conocen por ser su primer nombre y apellido respectivamente, “es el que labura y la lucha todo el tiempo”.  

Conectarse con la esencia

Esta editorial independiente busca rescatar valores. En sus últimas publicaciones hay mucho de plantas autóctonas y medicinales. “Hay mucho de las culturas nativas de todo lo que es Sudamérica, y la cosmogonía que tiene que ver con algo que actualmente seguimos siéndolo, pero nos estamos olvidando de esas cosas. Hay una búsqueda de material que tiene que ver con eso, la política social, como uno empieza a agruparse, a entender el mundo”, explica Marcelino.

Con orgullo relata la devolución que el público hace de sus publicaciones: “Las veces que estuvimos exponiendo, para sorpresa nuestra, vimos que la gente se acerca y lo primero que le pasa es que se conecta con una parte que se está olvidando de sí mismo, que todos la pasamos”.

Marcelino asegura que la propuesta de su editorial atrapa mucho la atención de docentes: “Lo ven como un material y herramienta de trabajo, para proponer temas”.

En Chuquis (departamento  Castro Barros) está trabajando junto a un proyecto del Museo del lugar, para la recuperación del patrimonio intangible a través del formato fanzine. “Ahí los chicos del lugar primero aprenden a investigar en su entorno, sobre el idioma quichua por ejemplo, y luego a sacar sus conclusiones para crear ellos sus propias publicaciones. En la actualidad Estantigua tiene fanzines realizados por esos chicos y chicas. «Empezamos a ver también que la idea se expande, que es un formato que todos tenemos incorporado a nuestras vidas, las hacemos en forma de collage”, señala.

En expansión

Hoy, a dos años de la creación formal de esta editorial independiente existe la necesidad de romper con lo que empezó como una inquietud personal por la autopublicación. “Tengo que tomar conciencia de la dimensión que tomó en este último tiempo Estantigua, y hay que reajustar el formato para que la llegada sea más masiva, para que esto sea también una fuente de comunicación”, reflexiona Marcelino.

Ahora apuesta a tener distintas publicaciones que lleguen a toda la familia, a todas las edades, “para que puedan sentirse cómodos con un contenido dónde lo puntual es la diversidad, con la cita de cada libro, porque hay una referencia de cada información”, explica.

También busca ampliar sus contenidos, incorporando “opiniones reales y actuales de la gente de La Rioja, y otros lugares. Aspiramos a que haya al menos una publicación mensual, que tenga una circulación y a partir de ahí propuestas de otras publicaciones, la idea es que sean coleccionables, de fácil acceso, económicas, y con material que aporte a todos”.

Uno de los objetivos de Estantigua también es la de ser una herramienta educativa, y hacer un trabajo conjunto con docentes y estudiantes. Previo a su creación Marcelino intercambió con amigas docentes sobre la problemática en la forma de enseñar. Asegura que hay un engranaje que está faltando, y en lo informal y la anarquía literaria puede existir una herramienta para llegar a las nuevas generaciones. “Por ahí estamos muy formales en la literatura, muy exigentes, y creo que influye en los seres sociales que nos estamos formando”. 

Marcelino cuenta que hay un proyecto encaminando para dictar talleres, algo que ya hicieron en algunas escuelas. “El resultando fue de más demanda y curiosidad, hay necesidad de romper estructuras, de volver a la anarquía literaria donde uno pueda tener la libertad de expresarse sin nada que te contenga y que te mantenga en un margen, sino expandirte”.

Delivery de publicaciones

Otro elemento novedoso de este emprendiemiento es el delivery de publicaciones. “Existe mucha gente que nos consulta, y estamos haciendo ediciones única de un solo ejemplar a pedido, porque hay personas a las que le gustó y nos dijo “quiero tener un solo ejemplares sobre esto, y que no lo tenga más nadie”, así que trabajamos también ese formato”, explica. Actualmente, el punto de venta de Estantigua es por las redes sociales. En Facebook está “Estantigua editorial independiente”, en Instagram como “Estantigua Editorial”, 

Los pedidos también pueden hacerse al celular 3804921579.

Dato: Según la definición del diccionario, Estantigua se refiere a una congregación de espectros o almas que se disponen para ir a una fiesta. O, una persona flaca, alta y desgarbada.


Viernes 16 de marzo de 2019