Viendo a Moyano con los ojos de Irma

Daniel Moyano fue un escritor argentino que inmortalizó a La Rioja en su literatura. Escribió numerosas novelas y cuentos en los que de alguna manera reflejó una infancia desvalida tras el femicidio de su madre, retratando también personajes y situaciones que lo marcaron a lo largo de los años como su exilio a Europa durante la última dictadura militar argentina. En esta nota, conversamos con Irma Capellino, la mujer que lo acompañó hasta sus últimos días y que relata episodios únicos en su vida junto a Daniel.

Radicada en España -desde el exilio-, Irma vuelve cada año a la Argentina para reencontrarse con sus afectos. La Rioja es un destino fijo. Por estos días, un equipo de investigación de la UNLaR dirigido por Victoria Ferrara y Marisa Piehl, indaga sobre las mujeres en la literatura de Moyano y nosotros somos testigos de la charla entre Irma y las investigadoras .

Ella fue sin duda, fiel testigo del proceso de creación de este referente literario. Afirma que todo lo que escribía Daniel era real, pero le ponía tanta imaginación que parecían relatos de ficción. “Te podía contar el mismo cuento de cuarenta formas diferentes hasta que se decidía por una”, dice entre risas.

Se conocieron en Córdoba. Ella estudiaba Farmacia, él escribía y hacía planos.

Irma solía almorzar en un restaurante que atendía un primo. Un día fueron a comer con una amiga y su novio. El novio estaba con Daniel. Ese primer día, los hombres traían un libro en alemán que Daniel leía. El segundo día, dejó el libro a un lado para sumarse a las conversaciones. El tercer día la invitó a pasear por el zoológico… “Conocimos todos los animales”, recuerda a carcajadas.

En aquellos primeros encuentros en los que se hicieron muy amigos, Daniel dictaba los cuentos que Irma escribía sentada en el banco de una plaza. El daba vueltas mientras dictaba y corregía. Ella, aún conserva esos cuadernos.

Una historia de amor

“Se enamoró con patas y todo de mi. Yo era muy jovencita. Tenía 18 años y la mayoría de edad era a los 22”, comienza a relatar.

“Mis padres cumplían 25 años de casados y lo invité a Morteros. En mi familia eran gringos puros que tenían vacas y campos. Lo vieron a Daniel chueco como era, con los pelos en la cara… y lo sacaron vendiendo almanaques”, grita con un sentido del humor que cautiva.

“Así que empezamos a tejer redes para poder escribirnos de otra manera que no fuera por el correo y entre cartas escondidas decidimos que él me iba a robar”.

Había que poner un plan en marcha. Daniel tenía que llamar para decir ‘voy’.

Consiguieron que una mujer pusiera una enagua blanca de nylon en la soga como señal de que venía.

“Cuando ví la enagua, creo que nunca pasé un miedo tan grande como en ese momento.Nos íbamos a juntar al lado de un molino harinero. El ya estaba allí con la defensora de menores Elena Proto y Eloy López. Yo llegaba tarde”.

Daniel tenía 29 años y ella 19. “Era una criatura para la época. Fue horroroso para la familia. En la primera carta que me escribió mi papá decía: ‘en estos

casos, uno se da cuenta cuán abrumadora es la cantidad de parientes que tiene’ porque todos iban a darle el pésame. Era como si yo me hubiera muerto”.

Un aporte a la literatura universal

Moyano escribe sencillo. Su prosa es comprensiva para un niño de ocho años. Pero su literatura tiene muchos niveles, varias capas de profundidad.

“Pienso que Daniel es uno de los grandes narradores que tiene Argentina y Latinoamérica», dice Irma sobre su estilo literario.

Si bien es difícil encontrar su obra completa en Argentina, ella considera que “La Rioja es el lugar donde mejor se están portando. Córdoba también”. Cabe aclarar que, en la Biblioteca Mariano Moreno se encuentran todas sus novelas y cuentos. Además, por dos años consecutivos se realizó en Jagué “El Ondulatorio”, un encuentro cultural centrado en la figura de Daniel Moyano. También están las obras de narración teatral que Paulina Carreño realiza, basada en sus cuentos; y distintos estudios universitarios sobre su obra.

Por otro lado, rescata la humildad del escritor a la hora de escribir: “Él nunca pensaba que lo iban a leer. Entonces lo hacía por una necesidad física, escribía para él. ‘A mi no me va a leer nadie’ decía. Si él viera las cosas que hoy están haciendo,no se lo creería porque era muy humilde”.

Dolor y redención

La historia familiar de Daniel Moyano tuvo episodios durísimos que luego nutrieron sus escritos.

Irma da testimonio de eso, y confiesa: “Él se sintió muy cómodo con una mujer decidida porque cuando se murió nuestra hija de cuatro años, todo lo hice yo. Él nunca fue al cementerio. Por eso El vuelo del tigre fue la única novela que no leí. Empecé a leer y cuando ví la muerte del angelito era la muerte de mi hija. No pude seguir leyendo. Y Daniel que era muy débil para otras cosas, en eso era muy fuerte. Yo no lo hubiera podido hacer”.

El libro de navíos y borrascas es netamente autobiográfico. Es el viaje a Europa. El Exilio. “Yo estaba muy mal. Él estaba bien mientras yo me armaba de valor”, recuerda la mujer. “Cuando por fin pude pararme firme, Daniel se vino abajo. Se quejaba mucho de que nos trataran de ‘sudacas’”.

Dónde estás con tus ojos celestes fue su última obra. Irma cree, al igual que Ricardo, su hijo, que allí escribió lo que nunca había podido contar: la muerte de su madre a manos de su padre. Poco después de escribir ese libro, Daniel Moyano murió.  

“Ricardo pensaba que eso pasó porque Daniel ya no tenía nada que contar… porque eso que lo atormentó toda su vida, lo dejó ahí. Y yo creo lo mismo”, reflexiona.

Cada visita de Irma a La Rioja, decanta en encuentros de viejos amigos que tuvo el matrimonio en este lugar. Su presencia reaviva cada vez con más fuerza las anécdotas y los personajes de los cuentos moyanescos.

Con un gran sentido del humor e ironía, esta mujer podría hablar sobre el escritor durante horas.

Resulta difícil resumir los detalles relacionados con las más de veinte obras de Moyano, muchas de ellas premiadas y estudiadas en diversos países. Por eso, el mejor remate de esta nota es invitar a l@s lectores y lectoras ávid@s de buena literatura, a adentrarse en las historias que seguramente, les harán vibrar profundo.

La Rioja, 18 de agosto de 2018