Las bibliotecas populares son esos refugios que albergan la mística propia de una vocación solidaria. Entre todas las actividades que ofrecerá este año la Feria del Libro, una intensa capacitación estará dirigida especialmente a todas las bibliotecas de la provincia. Marcela Mercado Luna nos anticipa todo sobre esta actividad que coordina, y nos adentra a estos pequeños refugios.

 

Escribe  Antonella Sánchez Maltese  – PUENTE ALADO                            01/07/16


Cómo gestionarlas, dónde emplazarlas, socios, personería y un arduo trabajo administrativo para ponerlas a andar. Ese suele ser el camino de las bibliotecas populares para llegar a constituirse como tal. Sin embargo las satisfacciones que brindan, no tienen precio: su sola existencia supone la necesidad de la comunidad de contar con un espacio que albergue libros, genere actividades culturales y abra camino a los/as apasionados/as por la lectura.

Marcela Mercado Luna es una referente en la materia. Desde hace varios años es presidenta de la emblemática Biblioteca Popular Mariano Moreno, y representa a Cultura de la Provincia ante la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares). En la presente edición de Feria del Libro será la encargada de coordinar una capacitación que está pensada exclusivamente para potenciar estos espacios, que ella misma los define como de «vocación solidaria». 

La actividad está pensada para tres jornadas, en las que Mariana Heguiz (representante del CFI) capacitará en el sistema DIGIBEPÉ, de gestión bibliotecaria. Está destinada a responsables de estos espacios en toda la provincia, «por una demanda que siempre está presente», aclara Marcela. Se abordará la administración del catálogo, los socios, las cobranzas, gestión estadísticas e informes, entre otras acciones que permite este sistema.

Bibliotecas populares

Marcela Mercado Luna tiene una vasta experiencia en estos espacios que tienen un fuerte espíritu vecinal y comunitario. Ella pone enfásis en resaltar el origen y razón de ser de las bibliotecas populares: «son autónomas, no dependen de los estados municipales o provinciales, aunque pueden contar con su colaboración». La toma de decisiones pasa exclusivamente por sus socios/as.

Y lejos de ser un impedimiento o un antagonismo, en la actualidad las bibliotecas se complementan y retroalimentan con el desarrollo de las nuevas tecnologías. «Las bibliotecas tienen que estar a la altura de la tecnología», sentencia Marcela.

Los papeles indican que hoy La Rioja cuenta con 33 bliblotecas, pero la realidad muestra otra situación: en muchos casos la mala administración o desidia logró que no sean más de 10 las que están reconocidas por la CONABIP en la actualidad.

Otras están en pleno proceso de regularización para volver al ruedo con los servicios y espacios de consulta, desarrollo de actividades culturales, y espacio de lectura. 

Hoy existe un compromiso por parte del Estado provincial para fomentar las bibliotecas populares con polìticas públicas que permitan, no sólo su existencia, sino su perdurabilidad en el tiempo. Prueba de ellos es que recientemente se reglamentó una ley provincial que data de hace un par de años, para que reciban un aporte económico que hoy sirve para hacer frente a algunos gastos de servicios.  

Edición de video – Antonella Sánchez Maltese  PUENTE ALADO