En la primera parte de este informe te presentamos a la Comunidad Aborigen Kakan Diaguita “Los Chumbichas”, uno de los pueblos originarios que habitaron nuestra región cientos de años atrás. En esta segunda entrega, ahondamos un poco más sobre uno de los principales objetivos que persiguen en la actualidad: la recuperación de los niños aborígenes.

Escribe Patricia Espeche – PUENTE ALADO                          12/10/15


Los “Chumbichas” fueron bautizados con ese nombre por los españoles.

La versión romántica dirá que esa denominación deriva del “Chumpi” (una varilla muy resistente que el aborigen utilizaba como soga). Amarraban el chumpi entre los arbustos y se hacían perseguir por los caballos que se topaban con la trampa y caían. De esa manera, los aborígenes batían a los españoles. “Guarda con el chumpi” era la expresión que definía el peligro de esta práctica.

Otra versión cuenta que los ancianos no podían correr ante la persecución de los perros traídos por el español. Entonces, utilizaban las provisiones de carne que cargaban cuando salían al campo para alimentar a los perros. Al grito de “chumba”, le daban la carne y dominaban al animal.

“No podemos quedarnos de brazos cruzados sabiendo por todo lo que han pasado nuestros ancestros”, afirma Roberto Chumbita.

Por eso, hoy levantan las banderas de una nueva causa: la restitución de 26 párvulos que se encuentran bajo la custodia del Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti”, en Buenos Aires.

Se trata de los restos de 25 niños aborígenes que fueron extraídos con sus respectivas urnas, por el investigador Eric Boman en 1914.

“Queremos que estos niños descansen en paz. Nos preparamos espiritualmente para realizar los ritos correspondientes y que vuelvan a su tierra”, afirma Roberto Chumbita. Por eso, en la actualidad, se realizan las gestiones correspondientes ante el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

La Ley N° 25.551, a través del Decreto N° 701, establece que el INAI es el organismo encargado de efectuar los relevamientos tendientes a identificar los restos mortales de aborígenes que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas. Además, propicia la puesta a disposición de los restos y su efectiva restitución.

 “Cada 12 de octubre, lo vivimos con muchísimo dolor. Para nosotros es un día de luto. No hay nada para festejar. No hizo falta que vinieran a enseñarnos cómo íbamos a vivir. Ya teníamos un sistema de riego, el canje, nuestros dioses, la naturaleza como fuente de vida”, reflexiona Chumbita.

Te invitamos a ver la segunda parte de la entrevista en video.

 

Edición de video Antonella Sánchez Maltese – PUENTE ALADO