Escribo estas líneas pasados pocos días de la actuación de la Delegación de La Rioja en el “Escenario Mayor del Folklore” y en el marco de lo que los organizadores del Festival llaman “Postales de provincia”, o sea la presentación “oficial” de las provincias argentinas en la Plaza Próspero Molina de Cosquín.


No es mi intención hacer aquí una crítica detallada del espectáculo del pasado lunes, ya que no tengo la información ni los nombres de todos los artistas que participaron y nombrar sólo algunos sería cuando menos injusto y desconsiderado. No obstante hay aspectos importantes para destacar y reflexionar acerca de lo observado  y vivido por mí como simple televidente*, en la involuntaria comparación de esta presentación, con ocasiones menos felices en ediciones anteriores.

La de cal…

  • la Secretaría de Cultura de la Provincia asumió desde el comienzo la responsabilidad de la producción del espectáculo.
  • Hubo un guión – libreto argumental sobre el que se construyó y desarrolló todo lo que se puso en el escenario de principio a fin.
  • Se eligió un repertorio riojano que sostuvo al argumento, a la representación teatral del mismo y a la coreografía que los bailarines interpretaron con talento y solvencia.
  • El maquillaje, los colores, las telas y la confección del vestuario abonaron la idea y la sensación de que esta vez se tuvieron en cuenta detalles de impacto visual que no siempre se observan conscientemente en los pocos minutos que dura una presentación de este tipo.
  • Las imágenes proyectadas en la pantalla de fondo del escenario ilustraron y apoyaron bellamente el discurso musical y el movimiento escénico de actores y bailarines.
  • La banda musical y los cantantes aportaron identidad al sonido y al estilo de nuestra música, con arreglos vocales e instrumentales puestos al servicio de una sucesión ininterrumpida de canciones, danzas y climas distintos pero difíciles de ensamblar, aprender e interpretar de no mediar el debido ensayo; así mostraron en pocos minutos la amplia gama y diversidad del acervo histórico y cultural de los riojanos.
  • En suma, pudimos apreciar un espectáculo de calidad que nos representó con jerarquía y nos muestra a los riojanos como dueños de una identidad que nos destaca y diferencia de otras regiones de nuestro país.

Lo antes señalado demuestra una vez más, que siempre es mejor la previsión, la elaboración y el ensayo que la improvisación, el amiguismo y el “más o menos” a último momento.

La pregunta es si vamos a perseverar de aquí en más en este camino o si como ocurrió tantas veces, volveremos a la arbitrariedad, al apuro y la discrecionalidad del amigo o allegado del que manda y teniendo poder de decisión, sabe poco y nada de producir espectáculos. Así y todo, como maneja los recursos, “le gustaría”, “le parece”, “tal vez podría hacer fulano” o “quiero que actúe mengano”.

A esta altura de la nota quiero señalar que lo conseguido esta vez (y ojalá sea perfeccionado en el futuro) no fue gratis; hubo que invertir recursos en 70 artistas y técnicos que cobraron su cachet, más los viajes, más el vestuario, la hotelería, las comidas y extras sin contar el canon que cobra el Festival de Cosquín a cada provincia para acceder al escenario y a la televisación en “Postales de provincia”.

Y hablando de la transmisión de la Televisión Pública, en el debe podemos señalar que al parecer, faltó una persona junto al director de cámaras que conociera el guión y pudiera indicar con precisión las tomas y primeros planos necesarios para acompañar el relato argumental, ya que en muchos y largos momentos las cámaras no enfocaban lo trascendente e importante de lo que sucedía en el escenario.

Los costos antes mencionados, redondean una bonita suma de dinero que hoy vemos justificada por el resultado positivo de la presentación, y aunque no sabemos de qué suma estamos hablando, podemos asegurar que esto se hizo con el dinero de TODOS.

Lamentablemente la de harina… es que no hay prevista una instancia de participación abierta para la conformación de la Delegación Oficial que nos representará en Cosquín 2020.

Y pongo como ejemplo a la Fiesta de la Vendimia de Mendoza, que 6 meses antes de su realización, anuncia y difunde qué proyecto se eligió de entre varios participantes y con qué recursos económicos, técnicos y humanos contará para la próxima edición de la misma.

Salvando las distancias y en nuestro caso, si se concursaran varios proyectos, se abriría la posibilidad de:

  • presentar proyectos artísticos por parte de particulares, academias, instituciones y elencos de toda la provincia y no sólo de la Capital.
  • conformar un Jurado de reconocida trayectoria y experiencia quien evaluaría, elegiría y haría sugerencias para mejorar, de ser necesario, el proyecto ganador.
  • presupuestar detalladamente por parte de los postulantes, los costos de producción, ensayos, traslados y realización del espectáculo de la Delegación Oficial.
  • proclamar, anunciar y difundir por parte de la Secretaría de Cultura de la Provincia, el espectáculo que nos representará en Cosquín por lo menos 6 meses antes de su presentación con la posibilidad de monitorear  el desarrollo del proyecto y las tareas que en cada etapa debe cumplir el equipo técnico y artístico elegido.

En otras palabras, transparentar y abrir el juego siempre será mejor que hacer las cosas de apuro y a dedo.

*(la actuación de la delegación riojana puede verse en 1:55:00′ en el video)