Viví la Semana Santa con turismo religioso en Chilecito

La historia de la dominación española ha dejado huellas imborrables en la cultura local. La riqueza cultural riojana, se nutre de ancestros diaguitas, inkas, africanos, españoles, árabes, entre otros. Para quien desea compenetrarse en esta rica historia, llena de leyendas y tradiciones, la Semana Santa se presenta como una oportunidad inmejorable para transitar este sincrético legado, sencillo y sorprendente.

 

Escribe Poly Badoul – PUENTE ALADO


Los estudios arqueológicos nos pintan un pueblo diaguita con una penetrante religiosidad, manifestada en sus vestigios con deidades extraordinarias. La dominación Inka, agregó rituales y dioses nuevos, hasta el arribo de la evangelización española, encabezada por el catolicismo.

También otras culturas se arraigaron en nuestro suelo para llegar, a lo largo de más de 500 años, a un sincretismo muy particular. De ello se desprende que, no solo La Rioja, sino todo el noroeste argentino mantenga una profunda vocación religiosa y junto a ella, espacios singulares y prodigiosos, manifestados en la arquitectura, la escultura, la pintura, la música y otras manifestaciones de índole artístico-espiritual, que producen el asombro de quien se decide a recorrerlos.

Al departamento Chilecito le ha tocado la suerte de ser el punto visceral donde se ubicaron geográficamente todas las culturas antes mencionadas. La famosa Cultura Aguada y su particular iconografía, los Inkas, con sus tamberías, los Jesuitas, con sus fincas; vinculados todos ellos por un pasado místico, heróico y muchas veces, sangriento.

Para quien desea compenetrarse en esta rica historia, llena de leyendas y tradiciones, Semana Santa se presenta como una oportunidad inmejorable para transitar este sincrético legado, sencillo y sorprendente.

El departamento cuenta con 11 Monumentos Históricos Nacionales: el sepulcro del Coronel Dávila, una ciudadela inkaica y el Cable Carril, joya de la ingeniería mundial. Los ocho restantes son capillas, construidas entre los siglos XVII y XIX.

El Coronel Dávila, representa el corazón y la energía de la epopeya sanmartiniana riojana. Su tumba está en el cementerio de Nonogasta. Las Tamberías del Inka son un sitio que no está puesto en valor, pero se puede acceder fácilmente y cuenta con vestigios de los principales templos que manifiestan la importancia de esta capital inkaica local. Si bien, el Cable Carril, no tiene un valor religioso, es una obra digna de ser añadida en algún momento del recorrido.

Las capillas esparcidas en los distintos distritos, muestran diferentes arquitecturas, la mayoría, en adobe, con altares, imágenes, portales tallados y cuadros de mucha antigüedad, que destacan influencias cusqueñas, indígenas y españolas.

El marco montañoso, en varios casos, alberga historias muy interesantes. En Vichigasta, San Buenaventura, convive con la leyenda diaguita de la Zapam Zucum, protectora y propiciadora de los algarrobales. En Nonogasta, San Vicente Ferrer, fue el enclave jesuítico y proveedor del vino para las celebraciones de puntos distantes. Sañogasta, asiento de uno de los mayorazgos más prolongados que tuvo el país, venerando a San Sebastián.

Otra capilla encantadora, con un portal de algarrobo tallado, está en Los Sarmiento, la de Santa Clara. En Malligasta, las imágenes de 1684 de la Inmaculada Concepción, la veneración a San Nicolás y el Niño Alcalde, en otra práctica ancestral del Tinkunaco riojano. El curato más antiguo de la zona, Anguinan, también da testimonio en su capilla de Santa Rosa. Por último, La Puntilla, pequeño oratorio que ha sido el preferido por los pintores paisajísticos, tanto por su arquitectura como por su simpático entorno pueblerino, muy cerca del centro chileciteño.

Dentro de los monumentos contemporáneos, está el Cristo del Portezuelo, enclavado en el Cerro Paimán a pocas cuadras de la plaza principal. Se puede ascender y obtener una de las vistas más completas de toda la ciudad, apreciando las sierras que enmarcan el Valle: Velasco y Famatina.

También, quien recorre la zona, no puede dejar de visitar la Capilla de Santo Domingo, donde se manifiesta desde hace años y de manera espontánea, en un juego de luces y sombras, la Virgen del Campanario.

Es el cerro Famatina el altar natural más preciado por todos los habitantes locales, fuente inspiración de poetas, poseedor de misterios, propiciador de leyendas. Iluminación espiritual y sacralidad ancestral que volvió a manifestar su presencia inmensurable, en la mítica lucha que las poblaciones de Famatina y Chilecito emprendieron contra la megaminería contaminante.


Domingo 14 de abril de 2019