Ciencia y Consumos Culturales: una combinación para derribar prejuicios

A veces, los amantes de las ciencias blandas creemos que nunca podríamos dedicarnos a estudiar o entender ciertas teorías de las ciencias duras. Claudio Sánchez nos demuestra que ese campo puede ser más que interesante para tod@s.

Escribe Patricia Espeche – PUENTE ALADO


Claudio Sánchez es docente y divulgador científico. Uno de sus pasatiempos es coleccionar apostillas, citas y comentarios relacionados con la ciencia, tomados de medios que no son necesariamente científicos como el arte, el cine, la publicidad o las historietas.

Una de las fuentes más generosas que alimentan a Claudio es la serie Los Simpson que, al igual que Futurama, de los mismos autores, abunda en comentarios con contenido científico.

“Todo lo que sé de ciencia lo aprendí mirando Los Simpson” es el resultado de más de diez años de observación sistemática a la pesca de estas perlas científicas.

Fruto de esta observación, Claudio ya editó tres libros que él define como “publicaciones serias” y que tranquilamente, podrían ser utilizados incluso como apoyo a la enseñanza, con una explicación profunda de la ciencia pero disparada por los ejemplos que aparecen en Los Simpsons.

Además de las publicaciones, este ingeniero recorre el país dando charlas sobre el tema. Y así llegó a nuestra provincia para motivar al público que asistió a los encuentros generados por Fundación OSDE en La Rioja y Chilecito.

En un contexto distendido, un público de todas las edades se divirtió con distintos fragmentos de episodios que repasaron junto a Claudio para redescubrirlos desde otro lugar.

Allí también conversamos con él para entender un poco mejor el gusto por esta tarea.

P.A.: ¿Cómo surge esta iniciativa de hablar de ciencia a partir de Los Simpsons?

C.S.: Una vez de casualidad, viendo un episodio descubrí que el objeto del episodio incluía una cosa relativamente compleja de la física. Tomé nota mental de eso y al poco tiempo apareció otra y otra… y dije “esto no es casual”. Empecé a indagar y buscar información y todo eso se convirtió por un lado en la charla, y por otro, en tres libros que desarrollan la ciencia a partir de su mención en episodios de Los Simpsons.

Muchos de los guionistas y productores tienen formación científica, hay físicos, matemáticos ingenieros. Pero esto que yo hago con la ciencia, otro lo podría haber hecho con literatura, arte, religión o filosofía. Los Simpsons tienen mucho contenido paralelo a la comedia. Se le suman una serie de chistes que tienen que ver con cosas complejas. Hay un interés evidente de sus creadores en meter contenido de alto nivel.

P.A.: ¿Qué respuestas detectas en el público que asiste a tus charlas?

C.S.: Lo más curioso en general es el público adulto que dice que no mira la serie, que viene para acompañar a sus hijos y que se va de las charlas con una idea muy distinta a la que tenía cuando llegó.

P.A.: Entonces los consumos culturales son un buen disparador para hablar de ciencia…

C.S.: Y en esa tarea, Los Simpsons juegan un papel protagónico porque son expertos en eso. Pero también he dado otras charlas como la literatura de Julio Verne; o el cine o la obra de Lewis Carroll que incluye a “Alicia en el país de las maravillas” pero también otros libros interesantísimos.

P.A.: ¿Estamos atravesad@s por la ciencia?

C.S.: A mí me gustaría que para la gente, la ciencia fuera tan cotidiana e interesante como es la literatura o el cine o la pintura. Si acá viniera alguien a hablar sobre “El Quijote” no le preguntarías por qué viene a hablar de eso. Uno da por sentado que tiene que leerlo. Me gustaría que con esa misma naturalidad se apreciara la ciencia. Que la gente tuviera nociones básicas de ciencia simplemente porque es interesante y enriquecedor.

 

La Rioja, 13 de junio de 2018