Siempre me resultó divertida la manera en que los prejuicios, preconceptos, rumores, recorren y circulan frecuentemente la escena artística. Muchos de ellos instalados desde hace décadas. Algunos muy zonzos y otros no tanto.

Escribe Diana Guzmán – PUENTE ALADO


«Un museo solo puede ser dirigido por un museólogo”; “un coleccionista debe tener muchísimo dinero”; “los artistas no pueden vivir de lo que producen”; “el mundo del arte es cada vez esnobista, elitista”; “cualquiera hace arte” ; “esa obra la hace mi hijo de 5 años”; “si estudias arte: de qué vas a vivir?”; “ese trapo no puede haber obtenido un premio, ¡yo te hago uno mejor!”; “los curadores no tienen idea de lo que hacen o no sirven para nada”. Estos son algunos ejemplos de los cientos que he escuchado.

No está mal dudar, afirmar, preguntar, tener conceptos equivocados, lo que está mal en todo caso es creer que las sabemos todas y continuar afirmando y reproduciendo estupideces. También sé que en nuestro entorno y por fuera de las instituciones del sistema del arte (museos, galerías, escuelas de arte, centros culturales, salones de artes visuales) está bien que estos rumores se hagan más fuertes incluso, porque no manejan ciertos elementos conceptuales que dejarían por tierra todas esas afirmaciones.

El problema es que en provincias chicas como la nuestra eso se potencia muchas veces en las propias instituciones y por los mismos agentes integrantes del sistema del arte (artistas, curadores, coleccionistas, galeristas, museográfos, educadores, críticos, teóricos, público).

Los museos y sobre todo el área educativa de los museos, deberían generar alguna actividad que tenga que ver con estos dimes y diretes o rumores que recorren diversos ámbitos y, por ejemplo: invitar masivamente al público a trabajar con esos preconceptos que traen e invitar a artistas a que generen un diálogo o debate en torno a ellos, entre otras actividades. Se puede hacer y replicar con las visitas de las escuelas al Museo. Se pueden imitar estas acciones o generar otras en torno al mismo problema en las Escuelas de Arte, con los propios estudiantes.

El área educativa de los museos cuenta o debe contar con un equipo de gente encargada de: realizar guiones didácticos, generar contenidos didáctico-pedagógicos, realizar actividades pedagógicas, que ayuden al público a sacarse dudas, a trabajar la percepción, los sentidos, a experimentar con algunos materiales, a reflexionar en torno a las propuestas de los artistas; actividades todas que faciliten la recepción de la obra; porque también es cierto que las piezas de arte contemporáneo son complejas, y necesitan aunque más no sea una memoria conceptual del propio artista, o algún texto curatorial, algo que ayude al público-usuario a no escaparse y a concurrir al museo con ganas de mirar, ver, percibir, participar, sentirse contenido en las muestras y no ajeno a ellas.

Rumores en el arte hubo y habrá siempre, en todos los campos, lugares, y momentos históricos con los que hay que tener cuidado son los que proceden de los propios agentes del campo artístico (1). Porque esas intervenciones no son inocentes, tienen otra característica y otra fuerza, para ellos recomiendo algo de lectura. No está mal contrastarlos con algunas teorías, sobre todo para no dejar afuera a un público que quiere participar y que necesitamos como artistas que estén y sean parte de las obras.

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(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Campo_(sociolog%C3%ADa) En la sociología de Pierre Bourdieu