El libre albedrío en tiempos de crisis

Empezábamos a ocuparnos de combatir el dengue en La Rioja cuando el coronavirus llegó a la Argentina. Pensábamos que -como algunos otros tantos acontecimientos espectaculares- pasaría sólo en otros países, en las principales capitales y en las grandes ciudades del mundo. ‘Pero a nosotros no…

A estas alturas, en nuestra provincia ya no se sabe muy bien a qué “temerle” más. Por lo pronto, la gente está atenta a las instrucciones preventivas de ambos males: lavarse las manos, usar repelente, sacar cacharros, toser en el codo, poner mosquiteros, quedarse en casa…

La confusión va más allá de las medidas de prevención. También nos preguntamos qué hacemos con las fechas de entrega en el trabajo, las clases de lxs estudiantes, la rutina del gimnasio, las compras del super, la fiesta de casamiento, el viaje de semana santa, el turno de la cirugía… y la lista sigue…

Después de varios comunicados oficiales de gobiernos nacional, provincial y municipal, este domingo por la noche, el presidente Alberto Fernández anunció la suspensión de clases hasta el 31 de marzo, licencia para todxs lxs trabajadorxs mayores de 65 años, la suspensión de teatros, cines, espectáculos públicos y actividades deportivas con aglomeración de gente, el cierre de las fronteras, entre otras medidas.

¿Y ahora qué hacemos?

Más allá de la cambiante situación, hay una consigna fija: quedarnos en casa es lo más sensato.

Entonces no quedará otra que desempolvar los libros pendientes, armar una cartelera de películas online, encontrarnos con una buena lista de canciones, reinventar los momentos lúdicos de las distintas generaciones que habitan nuestro hogar.

Limpiar el patio, ordenar el garage, renovar la pintura de las paredes húmedas, ordenar el placard, tirar papeles viejos, aprender nuevas recetas de cocina, conversar, armar una rutina de ejercicios domésticos y hasta animarnos con alguna meditación guiada.

Conectarnos con las cosas buenas seguramente nos ayudará a paliar la psicosis y el temor a lo que pueda suceder.

Lo importante es ocuparnos, responsabilizarnos, ejercer el único control que podemos y el más importante: el libre albedrío.

Dicen que las crisis sirven para movernos, cambiar, crecer y evolucionar. 

Quizás nos ha llegado el momento.

La Rioja, 15 de marzo de 2020