En este informe especial, los invitamos a adentrarnos, junto a los creadores de la Cantata, en la historia de esta obra pero también en la historia de nuestra tierra. Una historia que hoy está más vigente que nunca y que nos sigue erizando la piel cada vez que la escuchamos.

Escribe Patricia Espeche – PUENTE ALADO                                             18/12/15


“La Ciudad de los Naranjos resume la historia de una ciudad. Podría ser la historia de cualquier ciudad de América Latina. Pero es además un cuento. El cuento que la propia ciudad se vio forzada a escribir para consolarse de tanto engaño, de tanta postergación, de tanto y tan injusto olvido”.

Así se refirió Ricardo Mercado Luna a su libro “La Ciudad de los Naranjos”. Un libro que escribió mientras estuvo preso de la última dictadura militar y que una vez publicado llegaría a Ramón Navarro y a David Gatica, inspirando la obra de la Cantata Riojana.

“Cuando leí el libro de Ricardo le dije a David que por qué no hacíamos un canto inspirados en eso. Y a él se le ocurrió la idea superadora de hacerlo más extensivo a toda la provincia”, recuerda Ramón Navarro.

Comenzaron el trabajo juntos y lo siguieron por correspondencia. David escribía los poemas en La Rioja y Ramón les ponía música en Buenos Aires.

“La cantata se pensó para ser grabada en los tiempos en que se grababa en LP, con un término acotado de duración”, explica Ramón sobre los inicios de la obra que fue pensada también para abordar la historia de La Rioja, desde la fundación hasta el advenimiento de la democracia.

Con esa misión, fueron citando los hitos históricos y culturales más importantes de la provincia. Los personajes importantes de la música y la literatura, con un análisis político y social. “Empezamos a mencionar a nuestros cantores populares, los músicos populares, nuestros literatos. Desde luego nuestros caudillos, por ejemplo. La evocación también de habitantes originarios de nuestro pueblo”, nos cuenta Ramón.

Cuando tuvieron las cintas con las grabaciones, recorrieron muchos lugares y visitaron a distintos referentes que también hicieron sus aportes. “se convirtió en una creación colectiva”, dice David Gatica.

Tardaron “alrededor de dos años y medio largos” en lograr una obra acabada con los arreglos musicales.

“Fue muy importante el trabajo de los arregladores -Luis Chazarreta y Ramón Navarro hijo-. Tiene un orden armónico muy bien hecho, con arreglos de caña, violines, armónica… fueron arreglando cada una de las partes que componían la cantata. El último tema lo arregló Colacho Brizuela en la chaya final, con un punteo a dos guitarras increíble que hizo con Luis”, recuerda Ramón.

Sobre cómo se eligieron las voces, David explica que “algunos nombres cayeron como fruta madura: Chito Zeballos, Pancho Cabral. Pero tuvimos que buscar un trío. Y para eso vino desde Buenos Aires Hugo Casas quien estuvo escuchando varios tríos y decidió convocar a Rioja Trio (Jorge Santillán, Ángel Molina Torres y Nicolás Carrión)”.

De homenajes y reconocimientos

La cantata ha sido reconocida muchas veces, no sólo en La Rioja sino en trece provincias argentinas. Ha sido replicada en importantes teatros porteños como el San Martín, el Cervantes y el Colón.

Recientemente, en un hecho histórico, las autoridades de la Universidad Nacional de La Rioja le rindieron homenaje a los intérpretes originales. Y así lograron que todos los que nacimos en una época ya lejana a su creación, podamos ser testigos de eso que pensamos que no veriamos nunca: La Cantata interpretada por sus creadores. En una sala académica desbordada de gente, los protagonistas de la noche ejecutaron la obra completa, treinta años después de su nacimiento. Mención especial vale para Chito Zeballos, el único de los intérpretes originales fallecido, quien fue recordado con un espacio simbólico.

La historia sigue vigente

La Cantata Riojana es una obra que se metió en el corazón de la gente. “Habla de muchas cosas aún no resueltas que tiene el país y La Rioja desde luego. La lucha de los caudillos por el federalismo aún no está resuelta porque si bien es cierto que lo establece la constitución nacional, en los hechos eso no está pasando. La gente lo siente, lo sabe”, analiza Ramón Navarro.

“Hay un tema que se llama reparto del agua donde irónicamente hacemos una alusión a ese valor que le da el riojano al agua y que hoy es absolutamente vigente por la importancia fundamental que tiene para la existencia de la vida de los riojanos y del mundo”, continúa.

“En eso radica la vigencia. Es un hecho milagroso que perdure. Porque cuando uno la construye poéticamente y musicalmente no lo hace pensando en que va a quedar. Sino que lo hace poniendo de cada uno lo mejor de nosotros, nada más. La perdurabilidad la da la gente”, reconoce el músico.

La entrevista va concluyendo y tenemos frente a nuestros ojos a los creadores de una pieza magistral, como tantas otras que ambos desarrollaron a lo largo de sus vidas, cada uno en su especialidad: la música y la poesía.

Ambos se profesan una gran admiración y tienen en mente varios proyectos juntos. “Escribir más canciones. Van a seguir saliendo con la poesía de David y mi música”, concluye Ramón.

 

Edición de video Antonella Sánchez Maltese – PUENTE ALADO