Hace unos días vio la luz este libro sobre arte que, paradójicamente, es una obra de arte en sí misma. Se trata de una edición independiente que refleja el quehacer de Hugo Albrieu como coleccionista y gestor cultural desde el espacio “Un muro”, su casa, que es también una galería de arte.

A través de fotografías y textos, la publicación da cuenta de la colección de arte contemporáneo mostrada varias veces en Museos del interior del país. El material que se seleccionó es una curaduría de obra dentro de la colección, lo que convierte al libro en otra exposición.

“Este libro es el relato de una colección y de una vida que como un río contiene otras vidas y se bifurca, a veces se seca y otras veces (se) inunda. El relato puede comenzar con un niño solitario que juega con botas de goma el día del turno de agua en una finca cerca de una cordillera, o cuando un hombre se va del que fue su hogar sin llevarse nada. Podría comenzar cuando ese mismo hombre regresa del viaje que emprendió para comprar todo lo necesario para comenzar de nuevo -solo- con dos pinturas. Pero ese niño, que también es el hombre, no es el protagonista de este relato sino quien lo provoca”. (Andrei Fernández en “Levantar un muro para poder derribarlo”)

El diseño del libro fue clave para la presentación del material

Al igual que en las muestras, Levantar un muro para poder derribarlo cuenta con obras y textos de artistas y referentes del NOA. La creación colectiva y territorial, salta a la vista: Andrei Fernandez, Ayelen Argañaraz, Mariano Fiore, Emilia Casiva, Lucia Arias, Guillermo Cordoba, Anibal Buede, Miguel Bravo Tedin, Severo Straffezza, Luciana Gómez, Gustavo Borletto y Hugo Albrieu dotan de sentido el recorrido por la publicación diseñada por Jimena Vera Psaró.

Desde Puente Alado, hablamos con Hugo Albrieu para indagar un poco más sobre la iniciativa.

P.A.: ¿Cómo surge la idea de hacer esta publicación?

H.A.: – A medida que la colección se fue mostrando, con cada muestra surgieron textos. Fui juntando un montón de textos que tenían la potencia necesaria para una publicación que en principio iba a ser un fanzin, algo como para tener un registro. Los mismos artistas y colaboradores me animaron a editarlo con formato libro. Yo dudé un montón porque al ser una creación colectiva, me parecía fuerte mostrar todos esos textos en los que, de un modo u otro, el eje termino siendo yo… Y junto con Andrei Fernandez decidimos darle forma de libro y que ese libro se pareciera a mi casa. El diseño, al ser de artes visuales, era recontra importante y fue fundamental el trabajo de Jimena Vera Psaró (porque creo que el libro sí, se parece a mi casa) -acota entre risas-.

P.A.: ¿Qué te pareció el resultado final?

H.A.: – Fue fuerte. Incluso cuando lo vieron mis hijos… porque ellos vivieron todo ese proceso y verlo plasmado en un libro los movilizó… No puedo ser objetivo con el resultado. Generalmente los registros a los que accedemos son de otras épocas o son registros de otros. En este caso, a pesar de ser una creación colectiva es un registro en primera persona. 

P.A.: ¿Por qué hacer una creación colectiva?

H.A.: -La idea de que fuera colectivo refleja un poco el modo de hacer arte que tenemos por estos lugares, el típico “llevá, traé, prestame, dame una mano con esto”. Y en esa constelación, queda también reflejada la red de afecto que existe entre nosotros.

Las palabras de Hugo son una buena antesala a lo que encontrarán en el libro que, definitivamente, es recreativo en todos los sentidos. Desde la estética visual, las obras, los textos y hasta las citas de Facebook -relevadas por la editora- que acompañan a la perfección la idea poética del arte contemporáneo del NOA.

Por estos tiempos, cuesta financiar una edición impresa de esa calidad aunque evalúan lanzar una preventa. Mientras tanto, desde este link puede verse la publicación en línea para “visitar la muestra”. Seguramente, muchxs lectorxs se quedarán con ganas de atesorar la obra en su biblioteca para volver a ella una y otra vez.