Esta nota trata sobre los espacios que sirven como punto de encuentro con el arte. Partiendo de una experiencia concreta como el Festival Social Emergente –que tuvo lugar hace unos días en La Rioja-, comenzamos aquí un recorrido por la reflexión. Te prendés?

Escribe Patricia Espeche – PUENTE ALADO                                              11/08/15


José Donaire y Emilio Zárate fueron las caras visibles para Puente Alado -en realidad, ellos representaron al grupo de jóvenes que idearon este encuentro a través de la productora “Un No Lugar”-. Tuvieron la misión de relatarnos cómo surgió la idea y de qué manera la fueron materializando con el paso del tiempo.

Ciertamente, el Festival Social Emergente fue mutando hasta convertirse en una propuesta que invitaba a conocer La Rioja a través del arte.

Para concretarlo, se abrieron dos caminos.

Por un lado, los responsables de este proyecto, se contactaron con artistas locales y les propusieron hacer obras que reflejaran nuestras costumbres y tradiciones.

Por otro, comenzaron a gestionar los fondos que les permitieran concretar esta idea.

El resultado: Instalaciones interactivas, proyecciones audiovisuales, artistas plásticos pintando en vivo, intervenciones artísticas en fotografías, chefs cocinando, obras de teatro, bandas en vivo… Todo eso, confluyendo en un mismo tiempo y espacio.

 

La convocatoria

El proyecto ya estaba en marcha. Ahora tocaba convocar a la gente, al público, a otra pata fundamental de la actividad.

Los medios riojanos se coparon y comenzaron a difundir el encuentro. Además, se dinamizaron invitaciones a través de redes sociales, los referentes culturales dieron su venia y se sumaron a la convocatoria. Y así, el mensaje llegó y al público le gustó.

Particularmente, pudimos ver gente de todas las edades, experimentando distintas cosas en un mismo espacio.

“Una de las cosas que pensábamos era cómo iba a reaccionar la gente frente a algunas performances como la de los susurradores o las bandas que llegaron a participar”, nos cuenta José Donaire.

“Tratamos de hacer un formato nuevo. Por ejemplo, no había presentadores sino que las cosas sucedían. La gente que llegó lo pudo experimentar en carne propia”, agrega Emilio Zárate.

 

Un triunfo para la gestión cultural

Este grupo de amigos riojanos, trabajó un tiempo largo a la distancia, puesto que algunos de ellos están radicados en Córdoba.

“Gracias a Skype y a la computadora” (bromean entre risas), se pasaron noches armando el proyecto.

“Cada uno tiene sus actividades particulares. A veces era la una de la madrugada y recién nos podíamos conectar para trabajar en línea”, recuerdan.

 

“El encuentro se hace o se hace”

Quizás ese es el clic, el momento mágico en el que algo queda destinado a suceder.

Esa determinación que hace la diferencia entre tener un objetivo y cumplir un objetivo.

Esa premisa que estos jóvenes gestores delinearon y utilizaron como brújula, la que marcó el horizonte.

Porque, claramente, tuvieron luz verde de los otros actores que se movilizaron para hacer este Festival (artistas, público, medios y Estado), lo que indica que cada uno de esos actores consideró, en algún punto, la necesidad de contar con más espacios de este tipo.

Porque, claramente, hoy en La Rioja, hay muchos gestores culturales generando estos espacios de manera independiente o con apoyo del Estado o de algunas empresas privadas.

Lo cierto es que no podemos hacer la vista gorda ante la necesidad de los artistas riojanos (alternativos o no) y de la gente común y corriente que quiere encontrarse con ellos.

Queremos más determinaciones.

Es nuestra humilde opinión.

Quien guste, puede dejar su aporte a través de comentarios.

 

Edición de video Antonella Sánchez Maltese – PUENTE ALADO