Adriana Petrigliano y Juan Andrés Romanazzi presentaron recientemente la selección de cartas ganadora del Concurso de Actividades Performáticas en Entornos Visuales del Instituto Nacional del Teatro. ¿De qué se trata esto? Te lo contamos en esta nota.

Juan Andrés Romanazzi es riojano. Tiene 27 años y de pequeño se fue a vivir a Buenos Aires. Es actor, dramaturgo y se abre paso en la escena teatral de esa ciudad. Es sobrino de Adriana Petrigliano, escritora oriunda de Buenos Aires y riojana por adopción.

Hace 2 años decidieron enviarse cartas por mail, pero no como tía y sobrino -hablando de asuntos de familia- sino como personas que miran por su ventana de una ciudad a otra, con esa carga de nostalgia que se ve en algunas cartas. “La consigna era no corregir, como salía lo mandábamos. De hecho, vamos a hacer la publicación en papel pero sin ninguna corrección”, nos cuenta Adriana.

Cuando comenzó la pandemia, el sacudón fue fuerte para ellos como para el mundo entero. Interrumpieron los envíos por un tiempo y retomaron con una nueva impronta en el nuevo contexto: una sociedad paralizada.

“Y en el medio, el INT lanza la convocatoria al concurso. Las bases eran bastante acotadas, tenían que ser cosas hechas de manera casera y sin edición. Nosotros lo presentamos y ganamos”, resume la autora de “Los días sobre mí”.

El resultado del trabajo son más de 60 cartas y un video de 38 minutos aproximadamente, donde Adriana y Juan Andrés leen una selección de sus propias cartas desde algún rincón de su casa.

Ellos miran desde balcones lejanos” nos lleva de paseo por un vaivén emocional: mayormente nostálgico, algunas veces triste, otras esperanzado. Lo cierto es que al final de las cartas leídas, terminamos empatizando de una u otra forma con ese intercambio epistolar.

 

El video quedó subido en un canal de Youtube que lleva el nombre del proyecto. Entonces la consulta es casi obligada: ¿seguirán subiendo más cartas?

“Seguramente subiremos otras cosas porque seguimos escribiéndonos cartas y vamos a hacer una publicación en papel. El mayor valor de esto es la conexión emocional que recrudece con la pandemia. Nos sentimos muy solos y a la vez muy acompañados con lo que vemos y nos rodea. Por eso decidimos filmar rincones de nuestras casas mientras leíamos las cartas”, responde Adriana. 

“También creo en esto de lo espontáneo a la hora de escribir. Si bien yo en mis talleres literarios insisto hasta el cansancio con la corrección, el género epistolar, para ser absolutamente epistolar y creíble, no debe pasar por la corrección porque las cartas las escribimos desde otra emocionalidad”, reflexiona.

Mientras tanto, desde Puente Alado, te invitamos a tomarte un tiempo para ver, escuchar y disfrutar este material.