Esto no es nuevo. Y esto quizá no pasa solo acá. Pero acá estamos, acá vivimos y acá…escribimos.


Siempre me llamó la atención el especial cuidado que ponían y ponen  algunas personas que se dedican a la difusión y /o crítica de nuestra literatura en hablar más asiduamente de los que ya no están.. Y me llamó la atención algo así como “categorías”: los vivos y los muertos. Dentro de esa dupla, también estaban los de 1º y 2º…

Tenemos, afortunadamente, una cantidad increíble de excelentes escritores,  que obviamente, están en esas categorías. Mirando hacia atrás, La Rioja tiene un pasado literario de una riqueza pocas veces comparable quizá con otros lugares. Poetas y narradores de una exquisita voz, que no solamente plasmaron nuestros paisajes sino que crearon un entorno maravilloso para sus personajes y sus historias. Autores que fueron reconocidos de manera nacional e internacional. Que con la sola mención de su nombre, sabemos ya de su estilo, de sus tonos, de sus matices…

En esta misma categoría y dicho con total respeto, los “muertos” gozan de una excelente salud que no nos cansaremos de agradecer…pero hasta ahí nomás. Porque esos mismos “muertos” se dividen a su vez en otra categoría: los “invisibles”.

Y voy a dar un solo nombre, porque para muestra basta: Ángel María Vargas*.

Hay dos o tres autores que merecidamente, reciben homenajes contínuos, notas, reimpresiones de sus libros, charlas, debates, análisis…y repito que merecidamente. Pero hace falta una miradita total…y no tan parcial como siento que es a veces esa mirada. Arriesgarnos, darle espacio a esos “otros muertos” que nadie menciona, que nadie aparentemente lee..que nadie reedita. Y lo digo con el criterio de circulación.

Que circulen entre los lectores, entre los estudiantes, entre los profesores…que circulen. Que sean visibles. Que alguien intente un análisis aunque sea para decirnos que no era tan bueno…pero que se vea su aporte. Porque la Literatura de una región está hecha de todas las voces, de todos los aciertos y de todos los errores.

En la otra categoría, la de los “vivos”, pasa casi lo mismo…

Charlando con varios escritores, llegamos a un punto de coincidencia: editar está siendo relativamente fácil…pero “mostrar” o mejor dicho “que te muestren…” es otro cantar.

Las redes ayudan muchísimo…pero termina siendo “de autogestión” o como dicen algunos, “de autobombo”.

Yo no coincido con eso. Veo, también a través de las redes, cómo escritores que tienen a su favor toda la publicidad, y la crítica y los espacios, también se “auto” difunden. Y lo veo bien. Más que bien. Un solo ejemplo: Claudia Piñeiro. Basta con mirar su face para darnos cuenta.

Pero lo mejor no debe venir de uno mismo. Lo mejor debe venir del otro. Del que sabe. Del que elige. Del que analiza. Y sobre todo, del que analiza con un criterio limpio y verdadero. Despojarnos del amiguismo o del miedo…porque en realidad, veo a veces miedo. Si escribe bien…es competencia.

Deberíamos apostar por una verdadera y comprometida difusión de nuestros escritores, y que en ello no entraran en juego ni mezquindades ni amiguismos.

Deberíamos establecer reglas justas de esa difusión, y otorgarles, desde los ámbitos que correspondan, las mismas posibilidades a todos los escritores, creando un circuito aunque sea regional de esa literatura que está más viva que nunca, pero que parece muerta hace tiempo.

Puntualmente: no somos los escritores los que conocemos las fechas y posibilidades de  ferias del libro tanto del interior como del resto de país, no somos los escritores los que sabemos las fechas de  eventos importantes en Casa de La Rioja…no somos los escritores los que conocemos todos los seminarios, talleres, encuentros, etc. que se suceden a lo largo del año y que sí son anunciados a los organismos correspondientes . Ejemplo clarito: de los 34 años que llevo trabajando en el área de cultura de la Municipalidad, jamás fui invitada (ni por mis propios trabajos ni por el de difusión, que fue mucho) a ningún evento…jamás pude llevar (de manera oficial obvio) las colecciones que edité, por ejemplo, de autores riojanos ….y la lista podría seguir, pero es más de lo mismo.

Creo que es momento de revisar esto. Y de apostar. De dar lugar. De crear los mecanismos necesarios, que no son tan difíciles, para que “los vivos” sean visibles…y “los muertos” descansen un poquito.

…ah, FELIZ NAVIDAD y BUEN AÑO 2019! Y ojalá que en cada arbolito haya por lo menos un libro de autor riojano de regalo!!!


*(Fue diputado, intendente municipal (1949-1952)1​ y ministro de Gobierno de La Rioja.Fundó la sociedad Escritores Riojanos Asociados, el diario La Rioja, y las revistas Don Joaquín y El Cardón. Creó también el Círculo de Periodistas de La Rioja y el Museo de Bellas Artes Octavio de la Colina.

En 1932, Ángel María Vargas obtuvo el premio Publicación del diario La Prensa, Buenos Aires. Su cuento fue incluido en la Edición Extraordinaria del 1º de enero de 1933. Los escritores que compartieron la distinción con Vargas fueron: Antonio Arraíz (venezolano), José Díez-Canseco (peruano), Juan M. Magallanes y Juan Carlos Onetti (uruguayos), Luis Gudiño Kramer, Francisco García Jiménez, Alberto Martelli Jauregui, Eliseo Montaine y Enrique Fontanes (argentinos).