Las cosas suceden según el ojo que las mire. Hace unos días a una escritora amiga, durante una entrevista radial y a propósito de celebrarse el día de la Cultura, le preguntaron algo así como ¿después del grupo Calíbar, en materia de literatura, pasó algo en La Rioja…?


Con acierto, dijo que creía no estar capacitada para responder y obviamente contestar en pocos minutos de entrevista, pues podría ser una falta de respeto…

Me quedé pensando entonces, en esto, en la manera que medimos o creemos medir si “sucedió algo” en nuestra literatura.

Si juzgáramos por la cantidad de escritores que publican…

Si midiéramos por la cantidad de presentaciones literarias…

Si nos tomáramos el trabajo de asistir a todos los eventos, jornadas, encuentros, mesas redondas, tertulias, talleres…

Podríamos decir que “sucedió mucho”.

Desde la creación de nuestra Feria del Libro, desde la implementación de la Ley del Libro, y tomando en cuenta lo publicado y presentado, deberíamos decir “sucedió mucho”.

Pero, no es lo mismo cantidad que calidad versa el dicho, y también es cierto que ¿quién tiene el verdadero parámetro de la calidad?

Es difícil entonces saber qué sucede en nuestra literatura.

Hace poco menos de dos años, fui invitada para ser jurado de un certamen de lectura con niños de la escuela primaria. Un grupo de docentes había seleccionado los textos que estos chicos, de entre 8 y 12 años, debían leer, y así demostrar su habilidad lectora. Los textos elegidos eran de Joaquín V. Gonzalez, Arturo Maraso, Ariel Ferraro, Dardo de la Vega Díaz, entre otros de las mismas características.  Textos que no eran, seguramente, lo que estos chicos podrían leer con facilidad a primera lectura. Pero esto trae aparejado, que esos docentes quizá, desconocían autores actuales que seguramente facilitarían la lectura. Y entonces, el fantasma de la difusión y el apoyo, comienza a aparecer…

Ciclos y talleres de lectura, dan cuenta de un público lector ávido y generoso. Entonces, inevitablemente surge la pregunta: ¿qué hacen los escritores para ser tan invisibles? ¿Alcanza lo que ellos hagan? ¿O sólo deben dedicarse a escribir? ¿Quién los promociona? Y quién facilita esa visibilidad?

Hace poco tiempo, y con gran acierto, se editan los Manuales La Rioja y yo, que cuentan con una sección de literatura y en ella, además de los “clásicos”, se publican “nuevas voces”.

Hace unos años, y siendo Directora del Área de Letras de la Dirección de Patrimonio Cultural Municipal, lancé la Colección LOS PAPELES QUE NUNCA NOS UNIERON, proyecto en el que intentaba mostrar, a través de la publicación, todas esas “nuevas voces” que seguramente, no encontraban espacio para hacer ver su producción. Esta colección era mensual y dos autores por mes, compartían un libro. Que se regalaba, que se entregaba, que se disfrutaba, que emocionaba a sus autores…pero que por razones de costo, tenía una edición limitada de 200 ejemplares…

Lancé también varios concursos: EL PUEBLO YA SABE DE QUÉ SE TRATA, CUENTOS PERTURBADOS, TENGO POCO POR DECIR, FEBRERO CHAYERO (de cuentos) y LA ESPACIOSA PALABRA ALUCINADA de poesía. Estos concursos tenían como premio la publicación.

Nuestra Feria del Libro, también año tras año, premia el mejor cuento y desde el año pasado, incluyó la poesía. Algo que celebramos.

En todos los casos, la respuesta fue increíble. Lo que demuestra la avidez de quienes escriben (escribimos) por mostrar su trabajo, que dicho tantas veces suena obvio, pero que es silencioso y solitario.

Y claramente, por razones de espacio y quizá de memoria, dejo de lado muchísimos intentos y proyectos que se llevaron a cabo…

Entonces, volvemos a la pregunta inicial: “sucedió algo en La Rioja después del grupo Calíbar? Quizá para contestarlo con respeto y conocimiento, deberíamos bucear esos caminos raros de quienes escribimos: dónde están esos libros, dónde esas ediciones artesanales bellas y pequeñas, dónde esos poemarios…porque la difusión es nula, y el apoyo, inexistente (más allá de la Ley…).

Yo puedo afirmar, con conocimiento absoluto…que pasó MUCHO en La Rioja en materia de Literatura, y está pasando, MUCHO MÁS sólo que hay que tener un alto grado de generosidad para reconocerlo.

La Rioja, 13 de mayo de 2018