El niño de 9 años que sacaba temas en una batería de plástico hoy es un hombre que recorre el mundo deleitando al público más variado como baterista de Illia Kuryaki & The Valderramas (IKV).

Escribe Patricia Espeche – PUENTE ALADO                                26/01/16


La pasión por la batería lo llevó a hacer una carrera acelerada por los escenarios de La Rioja, Córdoba y Buenos Aires.

Nos cuenta que siempre fue autodidacta y nunca cursó estudios académicos, pero sí tuvo maestros. El primero, Duilio Maldonado.

Los recuerdos de esa época lo remiten a largas horas compartidas: “Durante cuatro años consecutivos, iba dos veces por semana. Practicaba mucho, escuchábamos discos, mirábamos clínicas… Desde ese momento no paré más”.

Siempre supo que iba a ser músico. “Eso lo tenía claro desde chico porque tenía una pasión que me excedía: no me imaginaba haciendo otra cosa”, afirma con seguridad.

Tocar mucho

Uno de los conceptos que ayudan a definir su carrera es “tocar mucho”.

En La Rioja sus comienzos fueron con Éxodo 3:14 y La Troupe.

La decisión de mudarse a Córdoba marcó un quiebre en su historia. Él sabía que iba directo a la profesionalización. “Lo que siempre pensé que iba a hacer en mi vida, ya era una realidad”.

En La Docta empezó a tocar con músicos reconocidos como Gabriel Junco, German Náger, Daniel Corzo. Tocó en Torax -la banda de Titi Rivarola-, con Jenny Nager… y la lista sigue… “Entré en el ambiente de músicos de Córdoba”, sintetiza Pablo.

Y después vino Sur Oculto “Una banda legendaria del under cordobés”. Ese fue otro de los quiebres.

Así pasaron 8 años de crecimiento. “Todos los trabajos que había los agarraba. Estaba en constante movimiento. Tocaba mucho, mucho”.

Un video de Youtube, la carta de presentación

Es que fue un video de una actuación con Sur Oculto, la bisagra que marcó un antes y un después para Pablo.

El uruguayo Francisco Fattoruso (bajista de Illia Kuryaki), por aquel entonces radicado en Atlanta, Estados Unidos, se volvía a vivir al Sur con el proyecto de armar dos bandas. Una en Uruguay y otra en Argentina.

Vio un video de Sur Oculto y se contactó con Pablo para empezar a tocar juntos en Argentina.

El esperado regreso de Fattoruso, fue la carta de presentación de Pablo en la escena musical de Buenos Aires.

Después vino Matías Méndez (bajista de Spinetta), Guillermo Vadalá

Causa y efecto

Estar en el lugar y en el momento preciso para que algo ocurra… Claramente, Pablo González estaba allí cuando Dante Spinetta y Emanuel Horvilleur vieron un video de Francisco Fattoruso y –oh casualidad!- justo su baterista se estaba yendo de viaje y necesitaba un cambio. “Yo no iba a entrar como baterista estable”, explica Pablo.

Un mail fue el nexo inicial.

Fanático de la banda, no entendía nada… “no había tenido ningún tipo de diálogo con ellos y recién me estaba metiendo en el ambiente musical de Buenos Aires. Yo vivía en Córdoba todavía. Fue una locura”.

“Mi primera fecha fue en México. Ahí cambió todo”, recuerda.

El futuro es hoy

Desde hace tres años está radicado en Buenos Aires.

Ahora estudia guitarra -“estoy bastante enganchado, como con la batería en aquella época”-; y se anima a componer.

Está armando un dúo con Ezequiel Cantero. “Tiene 21 años y es increíble todo lo que toca y cómo ve la música con la edad que tiene. Queremos salir a tocar este año”.

En unos meses sale el disco nuevo de IKV y se vienen más giras.

Mientras tanto, Pablo vuelve a La Rioja cada vez que puede. “Me encanta volver y reencontrarme con mis amigos, ensayar todos los días, tocar juntos. Compartir lo que más nos gusta, que es la música”.

Edición de video Antonella Sánchez Maltese – PUENTE ALADO