Un día, nuestros pueblos del interior de la provincia se revistieron; algunas paredes se pintaron, las calles se llenaron de camiones que trasladaban cámaras y equipos de alta tecnología, y se llenó de personas que convirtieron a nuestras tierras en un set de cine. Un día, esos pequeños pueblos perdidos en la vastedad de nuestro país se transformaron en un escenario cinematográfico espectacular.


Este es el pueblo 

Cuando los directores de cine Andrés Tambornino y Alejandro Grutz barajaban posibles lugares para rodar la película Hombre Muerto, encontraron en nuestra provincia aquello que querían reflejar. La selección del lugar no fue nada fácil, admitió Grutz, pero cuando llegaron a Los Colorados, acompañados por el equipo de la Dirección de Cine, no lo dudaron: “Este es el pueblo”, expresó el cineasta, abombado por la belleza territorial.

Gran parte del pueblo de los Colorados fue transformado por el equipo de arte para que parezca de los años 80. Foto: Puente Alado

El equipo de la película buscaba lugares con locaciones y características geográficas específicas, y con ayuda de la Film Commission de la provincia encontraron el lugar perfecto para plasmar aquello que querían mostrar en paisajes nunca antes vistos en el cine nacional: “Encontramos el lugar indicado. Ojalá lo exploten alguna vez porque es distinto y hermoso, y las imágenes son increíbles. La Rioja va a estar en primer plano”, añadió Grutz. Además, otra de las razones que inclinó la balanza para que el largometraje sea rodado en la provincia, fue el apoyo logístico que brindó el Ministerio de Turismo y Culturas, ayudando en el traslado y las instalaciones de cada locación. 

Situada en la década de los 80, el guion de “Hombre muerto”, escrito por Tambornino cuenta la historia de un sujeto que llega a un pequeño pueblo perdido en la inmensidad del desierto, en busca de una persona que deberá cumplir un encargo especial a cambio de mucho dinero.

Los Colorados, aquel pequeño pueblo del interior de La Rioja ubicado a 104 km de la Capital, fue invadido por camiones cargados de cámaras, luces y todo tipo de utilerías que adornaron a la localidad como un set de filmación. Desde aquel momento, todo fue distinto para aquellos pueblos. El despliegue de un gran equipo llegó a La Rioja acompañados por actores como Osvaldo Laport para impulsar a nuestra provincia a la industria cinematográfica nacional. 

Al tomar la decisión de filmar “Hombre muerto” en nuestras tierras, se sabía que era una oportunidad única para catapultar a la provincia y mostrar sus bellezas naturales, e incentivar no solo su potencialidad como posibles escenarios de futuras películas, sino también el turismo. Pero no bastaba con eso, faltaba algo más. 

Hebe Estrabou, Directora de Cine acompañada por uno de los directores de la película. Foto: Puente Alado

Cuando se trazó el acuerdo para la realización de la película, desde la Dirección de Cine pidieron la incorporación de actores, actrices y técnicos locales.  Sueños que alguna vez anhelaron formar parte de una producción nacional: “Más de 400 personas se presentaron al casting que convocamos”, detalla Hebe Estrabou, directora de Cine provincial. 

Hombre muerto comenzó a rodarse a mediados de septiembre, en localidades como Chepes, Amaná, Los Colorados, entre otras. Pero el trabajo comenzó mucho antes cuando empezaron a buscar aquellos rostros locales desconocidos que formarían parte de la película. 

El casting: buscando talento riojano 

Seguramente no estaba en los planes de Yanina Campos formar parte de una película nacional con Osvaldo Laport acompañándola en su debut en el cine, pero así fue. Corrían los últimos días de julio cuando la joven conocida como la Peke (mote que se adjudicó ella misma por su pequeña estatura) se enteró de aquella gran selección que se estaba realizando desde la Dirección de Cine, “buscamos hombres y mujeres con o sin experiencia en la actuación”, decían los anuncios que circulaban en las redes sociales. 

Peke asistió al casting sin grandes expectativas. La insistencia de su director del Circo Azul la convenció, pero la joven no tenía muchas esperanzas de quedar. Su carrera artística siempre estuvo ligada a la actuación en circos, nunca pensó en las posibilidades de ingresar al cine, y mucho menos al cine nacional “Me llamó mi director del circo contándome que estaban buscando gente para hacer una película que tenía como protagonista a Osvaldo Laport, y dije “¿qué? ¿nosotros vamos a ir?, ¿nosotros que siempre hicimos teatro infantil y encima con voces grabadas en off?”, comentó entre risas Peke.

Después de realizar los castings y las entrevistas donde preguntaban a cada postulante sus motivaciones y aspiraciones, además de pequeñas pruebas actuadas con un acotado guion del filme, llegó el día de la selección. Peke se preparaba para una presentación de un programa infantil que tenía que grabar para el día de la Niñez, por lo que estaba peinada y a punto de maquillarse cuando los directores de la película la llamaron por Zoom. 

En esa reunión virtual la esperaba nada más y nada menos que Osvaldo Laport: “yo tenía el pelo super recogido porque en un instante tenía que ir a grabar el programa, y me preguntó si podía soltarlo”, recuerda nostálgica la joven cirquera. Luego de ese último Zoom, Peke continuó maquillándose para su evento con poca confianza de proyectarse dentro de la película, pero con una pequeña ilusión que aún seguía latiendo. 

Osvaldo Laport junto a la actriz Yanina “Peke” Campos. Foto: Puente Alado

Cuando estaba a punto de entrar al show infantil, el celular de Peke sonó con una llamada telefónica de la directora del casting, con un sorprendente aviso: “Quedaste seleccionada para interpretar a Patricia, la mujer del personaje de Laport”, le dijo al atender. “No lo podía creer. Trataba de no llorar porque ya estaba maquillada y en minutos entraba al canal”, comenta emocionada. 

Desde ese momento, comenzó un sueño para la joven circense que ya tiene propuestas para una nueva película en el 2022, de la mano de los mismos directorxs de Hombre muerto, trazando un nuevo camino y un futuro en el cine nacional para los talentos locales. 

 

Luz, cámara, acción en los Colorados 

El sol golpeaba fuerte en el pueblo de Los Colorados mientras el equipo de Hombre muerto corría de un lado al otro en una agitada jornada de rodaje. La mayoría de técnicos llevaban sus rostros y cuerpos cubiertos para protegerlos de los rayos solares, mientras realizaban sus actividades con el equipamiento de la película. 

Para el rodaje en la provincia, otra de las peticiones de la Dirección de Cine fue que se incorporara a técnicos locales. Alrededor de catorce jóvenes participaron en el detrás de escena y en distintos rubros: producción, dirección arte, sonido y, dentro de la fotografía, la cámara y eléctricos.

En las cercanías de las locaciones del set, se podía ver el enorme camión que transportaba los equipos. Se trataba de un rodado que estaba armado por un arsenal de equipos de alta tecnología: “Es lo último que se está usando en las series y los chicos tienen la posibilidad de tener contacto con estos que acá todavía no existen”, comenta Hebe Estrabou.

Camión que traslada el equipamiento utilizado para el rodaje de la película. Foto: Puente Alado

“Wow, yo quiero jugar con esos chiches”, fue la expresión que tuvo Adrián Dinatale, uno de los técnicos seleccionados de nuestra provincia, al ver por primera vez las cámaras, trípodes, luces y cables. El joven, que es estudiante de la Tecnicatura de Televisión Digital en la UNLaR, vio la publicación de la convocatoria de personal navegando en Facebook y se animó a anotarse sin dudarlo: “Me siento como un jugador de Andino que llega a Boca o a River. Es emocionantemente adictivo estar acá”, expresó. 

Alrededor de catorce técnicos locales fueron seleccionados para trabajar en el rodaje de la película. Foto: Puente Alado

Si bien en el equipo de riojanxs había gente con mucha experiencia, los primeros días de rodaje fueron todo un desafío para los técnicos aprendices de nuestra provincia. Muchos de ellos recién se egresan de la escuela, y esta fue su primera experiencia laboral en el mundo cinematográfico, por lo que el equipo de profesionales se convirtió en una especie de maestros para ellos, “Los chicos de Buenos Aires nos tienen una re paciencia, vamos a buscar 30.000 veces las cosas y nos confundimos”, recuerda el joven Dinatale entre risas. 

El grupo de técnicos acarrea cables y equipos de un lado al otro. Algunos preparan las cámaras con los trípodes; los encargados de arte preparan el escenario donde se filmará la acción, pintando las paredes o barriendo los escombros; y otros se encargan del sonido y los micrófonos. Parece un conjunto perfectamente orquestado, cada uno sabe qué hacer y no descansan un segundo para montar una grabación perfecta.

Mientras tanto, los actores se preparan para sus escenas, algunos charlan entre sí. A Osvaldo Laport se lo ve tranquilo, acostumbrado al montaje de locaciones y lo que implicaba la realización de una toma. Cada tanto alguien se le acerca para saludarlo o pedirle fotos. 

El equipo de Hombre Muerto grabando una escena para la película. Foto: Puente Alado

Comienzan a grabar. La directora afina su voz para gritar al equipo y a los espectadores que guarden silencio; una de las chicas de utilería se encarga de montar tierra con un pedazo de cartón grueso, para dar más realismo a la escena; el camarógrafo se prepara para encuadrar la imagen; y el actor se dispone a salir a escena.

Un minuto y medio aproximadamente duró la secuencia, que mostraba a uno de los personajes caminando desde una dirección a otra. Un minuto y medio de pantalla, y más de una hora de trabajo, de técnicos y técnicas que estuvieron a las corridas, atendiendo que no se escape un mínimo detalle, “entre cuatro o cinco escenas se graban por día”, dice a lo lejos Hebe Estrabou cuando terminan de filmar. 

El rodaje de Hombre muerto finalizó el pasado 8 de octubre. Cuatro semanas de intenso trabajo. Cuatro semanas que quedarán en el recuerdo de los actores y actrices, técnicos y técnicas locales que comenzaron su carrera en el cine nacional, posicionando a nuestra provincia como un posible escenario para producciones audiovisuales, no solamente por sus bellezas naturales, sino también por el talento y la profesionalidad de las personas.