Continuamos nuestra gira por La Rioja, el segundo destino a visitar es la Quebrada del Cóndor. En este segundo capítulo de la serie veremos no sólo la excursión que le da nombre a este paraje, también la posada y la familia que lleva adelante este emprendimiento que atrapa con su calidez.


Foto: Fernando Giannoni

La Posada Quebrada del Cóndor se encuentra a 180 km de la ciudad de La Rioja en el departamento Ángel Vicente Peñaloza. El camino después de Tama es un anuncio: tenés que bajar un cambio para transitar la Sierra de los Quinteros, un recorrido de 42 km que hay que hacer en casi 3 horas. La paciencia se verá retribuida con el paisaje, que va cambiando a medida que franqueas la montaña, y se pasa del seco semidesértico a mesetas verdes con arroyos al costado. 

La Posada pertenece a los de la Vega, familia reconocida que cuenta entre sus antepasados con varios gobernadores. La familia vive allí desde que la zona era un paraje en la Villa de Santa Cruz de la Sierra, no había servicios y solo se accedía a lomo de mula. Todos los hijos nacieron en las habitaciones en que hoy podés hospedarte. Grandes piezas de más de 100 años de piedra maciza de 50 cm de profundidad, pero con las comodidades y el confort moderno.

El emprendimiento Ecológico, Turístico y Rural comenzó de la mano de los hijos mayores en el 2001, pero hoy toda la familia está involucrada en todos los procesos, desde cosechar los árboles frutales que rodean la posada para hacer las mermeladas, las reservas y atención a los clientes, hasta el manejo de la comunicación y las redes sociales. Justamente esa sinergia familiar se palpa, la dedicación y calidez con la que atienden a los visitantes es, sinceramente, conmovedora. Presentes en todos los detalles y necesidades del turista, logran hacerte sentir parte de su familia.

La gastronomía es también para destacar, José es quien se pone al frente de la cocina para servir los desayunos de campo, almuerzos y cenas más exquisitas. Todo fluye en armonía, es tan fácil dejarte llevar por la brisa, los sonidos del riachuelo que atraviesa el lugar y la falta de señal de celular. El tiempo pasa sin apuro.

Foto: Fernando Giannoni

Las características de la geografía sorprenden con quebradas imponentes, inmensas formaciones rocosas de granito, arroyos de agua de vertiente que brotan de entre las piedras regando las sierras. Cañadas y partes planas alfombradas de verdes pastizales con flores silvestres de todos los colores. El área tiene un microclima especial, lo que lo convierten en el destino ideal para conectarte a la naturaleza.

Avistaje de cóndores

Además de visitar a los cóndores en alturas, se pueden practicar otras actividades como trekking, hay varios circuitos para practicar senderismo, también se puede cabalgar a caballo, pescar y por supuesto el avistaje. 

Foto: Fernando Giannoni

La excursión hacia el Balcón de los Cóndores es posible realizarla caminando o a caballo. El recorrido es de 13 km y lleva casi 5 horas hacerlo completo. Yo ya conocía la zona y sabía que, si quería admirar el paisaje, mejor sería a caballo. Más de 7 horas nos llevó esta vez el tour, es que era imposible no pararse a cada rato a sacar fotos. 

El balcón de los cóndores es un peñón enorme al borde de un acantilado a 1800 metros de altura. Aún siguen estando arriba tuyos los cóndores, pero mucho más cerca. Son curiosos así que no hace falta esperar mucho para que comiencen a sobrevolarte. Atraviesan el cielo planeando entre las térmicas. 

Son enormes, posiblemente más de 3 metros solo en las alas. Es el ave voladora más grande del mundo y aquí la tenemos tan cerquita para admirar.

Foto: Fernando Giannoni

Desde este mirador natural se divisa en la montaña el área donde empollan sus pichones. Nace un polluelo cada 2 años y entre la madre y el padre se encargan de cuidarlo por 1 año. En algunas zonas de Sudamérica, el cóndor andino está en peligro de extinción. Aquí colaboran con organizaciones nacionales de repoblación, hasta hay varios condoritos riojanos que hoy vuelan en el sur del país. 

Sin duda la Quebrada del Cóndor no es un destino más, es una experiencia para todos los sentidos. Para admirar y conectar con la naturaleza, es un lugar al que hay que volver de tanto en tanto. 

 


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Podés ver el capítulo 2 de la serie «De gira por La Rioja» aquí.