Veo, con asombro pero con mayor tristeza, que algunos escritores luego de conocerse los resultados de concursos locales publican sus textos NO GANADORES y los ponen a consideración del público, aclarando QUE NO FUERON ELEGIDOS. ¿Qué lleva a alguien a mostrar ese texto? ¿qué se busca? ¿que alguien diga algo parecido a: ¿vos merecías ganar? Yo me lo pregunto con total respeto.
Escribe Adriana Petrigliano – PUENTE ALADO
En la entrega de premios del último Concurso Literario que se organiza en la Feria del Libro, me llamó mucho la atención el pequeño discurso de quien fuera Presidente del Jurado, Juan José Becerra. Dijo algo parecido a esto (son mis palabras con su idea, claro): “ser jurado es una tarea de gran injusticia…” “jamás gané un premio…” “elegir es tomar decisiones parciales…” “les hablo a los que no ganaron…”(yo estaba entre esos).
Lo primero que me sorprendió fue justamente que se dirigiera a los que habíamos perdido. Y lo hizo desde un lugar de respeto, de valorización. Desde ese lugar que a veces cuesta tanto encontrar entre quienes participan de concursos y no reciben reconocimiento.
Veo, con asombro pero con mayor tristeza, que algunos escritores, luego de conocerse los resultados de concursos locales (obviamente, aquí nomás) publican sus textos NO GANADORES y los ponen a consideración del público, aclarando QUE NO FUERON ELEGIDOS…
¿Qué lleva a alguien a mostrar ese texto? ¿qué se busca? ¿que alguien diga algo parecido a: ¿vos merecías ganar? Yo me lo pregunto con total respeto. Porque además, entre líneas también puede leerse algo así como “mirá si no es mejor que el que premiaron…” Y de esta manera, descalificamos a quien sí ganó. Ojo, claro que puede no gustarnos, no tiene por qué gustarnos.
Becerra en su discurso lo dijo tan clarito, que hubiera sido precioso grabarlo. Nada es mejor o peor. Nada supera o desmerece. Nada tapa… lo que simplemente sucede es que para 3 ó quizá 5 personas que fueron designadas jurado, esos trabajos fueron los mejores. Y además, está la otra punta de este ovillo: cuando ganamos… Cuando ganamos, el jurado es impecable. Es justo.
Yo siempre aliento a mis alumnos a participar en cuanto concurso se realiza. Y junto con ese aliento, les cuento, y no me canso de hacerlo: mandé a más concursos de los que gané, obviamente. Desde que la Feria del Libro de nuestra provincia organiza estos concursos, mandé a TODOS. Todos los años y son 17 creo… y gané apenas un par de veces.
Desde que se organiza, para mi enorme placer, el Concurso de Poesía, mandé mis poemas. Y nunca, hasta ahora, gané.
¿Descalifica esto a un concurso? Claro que no, si lo que buscamos en los concursos quienes participamos es lectura, valorización, espacios, posibilidades, claro que no lo descalifica. Y no es ese el punto que deberíamos discutir quienes celebramos que se sostengan en el tiempo.
Lo discutible, lo que deberíamos exigir desde el respeto, lo que deben manejar aquellos que saben, lo que a esta altura debería ser casi perfecto, son esos detalles que cualquier concurso debe ofrecer mínimamente. Porque son detalles mínimos que lo engrandecerían, que dejarían afuera cualquier duda, que quitaría planteos y haría que esta iniciativa que afortunadamente se sostiene en el tiempo, fuera reconocida a nivel nacional o regional por lo menos…
Sugerencias para nuestros concursos:
- Abrir la convocatoria (regional y/o nacional)
- Selección de jurado de pre selección y jurado de premiación renovado año tras año (son casi las mismas personas las que leen los textos que se envían, los mismos nombres ¿Alguien se preguntó qué pasa si se reenvía el texto que el año anterior no ganó? ¿por qué debería gustarles este año si el anterior lo descalificaron?).
- Acta de premiación con fundamentos.
- Difusión de los textos ganadores y publicación en todos los medios posibles.
- Inclusión de los ganadores en charlas o proyectos de las áreas de letras, para que ellos mismos puedan difundir su obra.
- Edición anual de antología de los premios (conozco y muy de cerca, ganadores que murieron antes de ver su obra publicada).
- Convocar a diferentes espacios para que se incluyan los textos ganadores en sus proyectos (Filmación de videos, adaptaciones de elencos teatrales, muestras fotográficas, etc).
La lista podría seguir, en realidad, debe seguir con la sugerencia de todos aquellos que están involucrados en estos espacios. Utilizo el ejemplo de los concursos literarios, porque es justamente donde creo que deberíamos corregir y mejorar, pero es aplicable a todas las disciplinas.
Hace unos pocos días, y en una reunión informal con escritores y otros artistas locales, hablamos justamente de estos espacios que deben ser visibilizados por quienes “empujan los carros”, porque aunque parezca una metáfora, no lo es.
Algunos, empujan el carro de la creación, pero sin el carro de las posibilidades concretas, es lo mismo que ser invisibles…
Domingo 11 de agosto de 2019