Ya es un hecho. Luego de varias semanas de mirarlo por televisión creyendo que era cosa de chinos, el maldito COVID-19 ha llegado para quedarse un buen rato entre nosotros. El futuro parece incierto pero, al menos, tenemos una certeza: debemos quedarnos en casa, sin clases, sin eventos, sin gimnasio, sin restaurantes. Y por supuesto, sin viajes. Pero a no desesperar, porque te juro que hay muchas maneras de viajar. ¿No me crees? Acá tenés unos cuantos libros para recorrer el mundo sin moverte de tu sillón. Tomá nota.

Mustang, el reino prohibido de los Himalayas, de Michel Peissel

Voy a empezar con un clásico. Michel Peissel nació en París en 1937. Quizás porque fue hijo de diplomático, es que sus contactos les permitieron, tras muchas negociaciones, obtener un permiso otorgado por el mismísimo príncipe de Nepal para ser el primer occidental en visitar Mustang, un reino tibetano perdido entre las montañas más altas de Asia.

Hoy, la región de Mustang sigue siendo una zona bastante restringida para el viajero, pero en 1964 era sencillamente otro mundo. Un mundo de fortalezas de adobe y monjes budistas, detenido en el tiempo y detrás de las cumbres nevadas de los Annapurnas. Michel prepara y lleva a cabo una expedición épica, a pie y lomo de yaks, en una época sin GPS, cuando aún quedaban lugares del planisferio sin explorar.

Su libro es un diario de viaje sobre las dificultades, peligros y aprendizajes que encuentra en el camino. Es también un documento antropológico importantísimo, porque describe minuciosamente, incluso con dibujos y mapas, un reino que hasta ese entonces había permanecido bajo llave. Pero es también un gran libro de aventuras, como esos que leíamos cuando éramos niños, porque el personaje de Michel se convierte en un Indiana Jones de la vida real.

Una cita: “Al principio no podía creer lo que estaba viendo. Sentía lo mismo que los asombrados viajeros medievales cuando llegaban a Roma por primera vez. Ni siquiera en mis momentos de fantasía más desatada hubiera podido imaginar lo que se hallaba ante mí vista. Me parecía estar viviendo una leyenda, la vieja leyenda que ha obsesionado a muchas generaciones de hombres y que en nuestra época de constante tensión se ha transformado en una manera de escapismo, la leyenda de una ciudad desaparecida, de una fortaleza oculta en los pliegues del Himalaya.” Link para descargar

Ébano, de Ryszard Kapuscinski

Si hablamos de periodismo de viajes, Kapuscinski es sin dudas, el gran maestro del siglo XX. A lo largo de su carrera ha construido una mirada ética y política que pone al Otro como sujeto indispensable del relato y una narrativa exquisita donde mezcla la crónica con la literatura.

Ébano es uno de sus libros icónicos. En él, recopila historias de sus años como reportero en un África que estaba empezando a vivir sus procesos, a veces caóticos, de descolonización. Kapuscinski cree que un periodista no puede conocer la realidad africana desde los guetos en donde se alojaban sus colegas europeos y decide salir para internarse en su cultura y en su vida cotidiana. Vive en sus barrios, come su comida, conoce su gente, contrae malaria, tiene contacto con guerrillas, queda varado en estados de sitio y sobre todo, convive con sus miedos y contradicciones, sin dejar de lado la sensibilidad necesaria para escaparle al etnocentrismo y a los estereotipos.

Una cita: “No supe solucionar dentro de mi conciencia el problema de la culpa. A sus ojos, como blanco, yo era culpable (…) Aquellos muchachos descalzos, hambrientos y analfabetos tenían frente a mí una superioridad ética. La que una historia maldita confiere a sus víctimas. Ellos, los negros, jamás habían conquistado, ocupado ni esclavizado a nadie.” Link para descargar 

Los autonautas de la cosmopista, de Julio Cortázar y Carol Dunlop

No creas que hay que para escribir un libro de viajes hay que llevar a cabo una epopeya a algún lugar recóndito del globo. Julio, junto a su compañera Carol, se embarcan en su propia aventura inventada. La travesía consiste en unir París con Marsella a bordo de una Combi VW, sin salir de la Autopista del Sur, parando en cada una de las estaciones de descanso. De ese viaje surge un libro muy cortazariano, creativo, irónico y reflexivo que incluye acotaciones, pensamientos, inventarios, cartas, mapas y hasta ilustraciones hechas por el hijo de Carol de trece años.

Una cita: “Entiendo un poco por qué tanta gente tendría casi miedo de hacer este viaje. Es que los parkings no son otra cosa que el vacío con decorado. Hay que saber llenarlos. Y a pesar de las diferencias geográficas o físicas, siempre son el mismo. Será realmente una sorpresa, creo, ver al final que hemos avanzado también según los criterios de los demás, quiero decir que habremos llegado a Marsella a pesar de la inmovilidad que nos caracteriza.” Link para descargar

Seda, de Alessandro Baricco

Si te preocupa la cuarentena, pensá que los japoneses, durante el periodo Edo, estuvieron aislados del extranjero durante más de 200 años. Seda, es una ficción (la única de estas recomendaciones) que transcurre en esa época. Como bien lo aclara su autor, no es ni una novela ni un cuento. Es una historia contada a través de 65 mini capítulos de un párrafo hasta una página, que narran los viajes de Hervé Joncour, un comerciante común y corriente del sur de Francia que repentinamente debe atravesar el mundo a pie hasta llegar a Japón para comprar gusanos de seda. Allí descubre un nuevo mundo sutil y enigmático. Seda, describe a Japón desde una mirada europea, pero desde una estética narrativa compuesta minuciosamente hasta el último detalle para que ninguna palabra falte ni sobre. Y no hay nada más japonés que eso. No te quiero adelantar demasiado porque es un libro demasiado corto y hermoso.

Una cita: “Era 1861. Flaubert estaba acabando Salammbo, la luz eléctrica era todavía una hipótesis y Abraham Lincoln, al otro lado del océano estaba combatiendo en una guerra cuyo final no vería. Los criadores de gusanos de seda de Lavilledieu se unieron en consorcio y recogieron la cantidad, considerable, necesaria para la expedición. A todos les pareció lógico confiarla a Hervé Joncour. Cuando Baldabiou le pidió que aceptara, él respondió con una pregunta: ¿Y dónde quedaría exactamente, ese Japón? Siempre recto. Hasta el fin del mundo. Partió el 6 de octubre. Solo.” Link para descargar

Vagabundeando por el Eje del Mal, de Juan Pablo Villarino.

Juan Pablo es un mochilero argentino que en el 2005 emprendió un viaje a dedo por Turquía, Siria, Egipto, Irán, Irak y Afganistán con el propósito de documentar la hospitalidad de la región e intentar desestigmatizarla del concepto del “Eje del Mal” planteado por George W. Bush luego de los atentados a las Torres Gemelas.

Desde su experiencia y con un estilo muy personal, el autor narra una aventura por las rutas de medio oriente en donde se mezcla con la gente local, recolecta historias mínimas, vive anécdotas impensadas, mientras intenta comprender la vida en “el lugar más peligroso del mundo”.

Una cita: “No muy lejos del espectáculo alcanzo a ver algunos vehículos militares abandonados y, como siempre, niños jugando sobre ellos. Bajo una luz algo turbia, un niño juega a sostenerse con sus brazos de un cañón mucho más alto que él. Aplica toda su fuerza, y pronto su piecitos quedan en el aire y su sonrisa a la altura de la boca del cañón. Entonces me detecta, y sonríe aún más, lo hace muy cerca de esa máquina de escupir muerte, y quedo pasmado por la imagen de dos cosas tan opuestas y tan próximas. Imagino que ese cañón habrá apagado la sonrisa de varios niños, y luego me doy cuenta que ese niño encarna sin saberlo un mensaje y contesta una injusticia. Es un mensaje de esperanza y, a la vez, un ajuste de cuentas al estilo budista. Contesta la violencia con sonrisas, solamente un niño puede ser tan sabio sin percatarse.”


Viernes 27 de marzo de 2020