Esto de escuchar: “después de Calibar en La Rioja no sucedió nada”, ”Calibar de aquí, Calibar de allá”, tomo el tema planteado en la última nota de Adriana Petrigliano para Puente Alado y algo que los artistas visuales conocemos como la proclama de “El Fin del Arte “de la mano del crítico estadounidense, Arthur Danto, en los ’60.


“El arte siempre tendrá un papel que desempeñar si los artistas así lo desean. Su libertad acaba en su propia realización, pero siempre dispondremos de un arte servil. Las instituciones del mundo del arte (galerías, coleccionistas, exposiciones, publicaciones periódicas), que han predicado y señalado lo nuevo a lo largo de la historia, se marchitarán poco a poco. Es difícil predecir lo feliz que nos hará esta felicidad, pero fíjense en cómo ha hecho furor la gastronomía en el tradicional modo de vida americano. En cualquier caso, ha sido un inmenso privilegio haber vivido en la historia.”[1]

De este modo Danto proclamaba el Fin del Arte, del arte conocido hasta los ’60. Tomo este párrafo porque claramente presenta un conflicto que no sólo no sucedió, pues el arte en las décadas siguientes creció a pasos agigantados y se abrieron más museos, galerías, que nunca antes en la historia, sino que hay nuevas ferias y eventos de arte, nuevos coleccionistas y puedo continuar enumerando más puntos a favor. De todos modos, Danto se desdijo de tremenda proclama tiempo después con un texto bastante interesante Después del Fin del arte.

Ahora bien, volvamos a nuestra provincia. Me parece que sucedieron bastantes cosas en las artes riojanas tanto de la mano moderna de Calibar, en los ’50, ’60 y parte de los ’70 (hasta su final con la dictadura militar del ’76, con el exilio y la cárcel de los pocos que quedaban, ya no agrupados bajo el nombre Calibar, pero sí desde El Independiente), como de la mano de artistas posteriores y actuales.

Mucho sucedió una vez recuperada la democracia, y con ella la esperanza de que nuevas generaciones conozcan lo que esos artistas riojanos habían logrado. Se hicieron reediciones de muestras de los integrantes del grupo, algunos de ellos entraron a dar clases al Profesorado de Arte (hoy ISAC Profesor Mario Crulcich), para alimentar y generar nuevas cosechas, con los más jóvenes.

Hubieron intentos de salones de jóvenes pintores, exposiciones de jóvenes artistas que eran alentados por muchos de los artistas de la época. Creación en el 2004 de la licenciatura en Artes Plásticas en la UNLaR y en el mismo año convenio del profesorado de Arte para cursar seminarios de equivalencias universitarias con el entonces IUNA (Instituto Universitario Nacional de las Artes) para obtener la licenciatura en Artes visuales. El surgimiento de un grupo de artistas que se conoció bajo el nombre de Dory, integrado por:  Andrea y Eliana Bustamante, Daniel Maidama, Rolando Cáceres, Hugo Albrieu, Cecilia Matzquin, Juan Carlos Ortega, Ariel Vera, Fernando García, Miguel Ángel Ramos).

Otros grupo trabajaron en otras propuestas La Cuadra (Gabriel Riquieri, Lorena Mercado, Natacha Avellaneda, entre otros). Y todo esto en paralelo al Centro Cultural El Pasillo, que albergó propuestas interesantes para varios artistas, mientras duró.

Y otros grupos que surgen después del 2010 con La Casa, Un Muro, Proyecto Antirrepresivo, más varios artistas emergentes e independientes de estas movidas que trabajan en paralelo, dan por resultado la entrada al arte contemporáneo a la provincia. Con lo que hablar de Calibar hoy como lo que tenemos que buscar como norte, es una falta total de conceptos, -además de una falta de respeto a los maestros modernos-.

Está bien, puedo entender que no es la mejor manera para el común de la gente, a la que tendremos que educar en la mirada, en la búsqueda reflexiva, de una obra que ya no pide que contemplemos sino que participemos activamente. Ya que que se trata de una obra que nos pone, generalmente, en un lugar incómodo. Una obra que nos interpela, que nos pide que pensemos. Una obra para nada pasiva; que busca un público inquieto, activo, reflexivo. Así surgió en 2014 la Noche de arte en corto circuito (que lleva 4 ediciones realizadas) con la idea de acercar el arte actual a otros públicos.

Entiendo por otra parte que hay quienes se quedaron con la contemplación de lo clásico, lo tradicional, lo moderno, como el arte, como lo único válido.  No considero que sea yo quién deba legitimar quién es artista y quien no lo es, qué es arte y qué no lo es. Eso lo dejo para las instituciones del arte.

Y para terminar les dejo una pregunta: Después del fin de Calibar ¿qué?

[1]http://www.ecfrasis.org/wp-content/uploads/2014/06/Arthur-Danto-El-final-del-ate.pdf